Historia del Teatro Municipal del Escorxador

Desde finales del siglo XVIII ya hay referencias escritas sobre la existencia de un matadero extramuros en la ciudad, situado en el antiguo Camino de la Mariola, que se iniciaba en la Puerta de Sant Antoni, pasaba por la vertiente oeste de Puig-Burdel y llegaba hasta la ciudad de Fraga.

El derribo de la muralla, de acuerdo con el Real Decreto de 1861 de la reina Isabel II, supuso, como en tantas ciudades, el inicio de la planificación urbanística moderna. Ese mismo año, el arquitecto Josep Fontserè redactó un nuevo plan de alineaciones y ensanche. En los terrenos ocupados por la antigua muralla se diseñaron las rondas de circunvalación y se construyó el paseo de Boters (actual rambla d’Aragó), donde se ubicaron algunos de los nuevos equipos urbanos que, con afán de modernizar la ciudad, se construyeron en torno al año 1900.

El nuevo matadero municipal se edificó en el mismo emplazamiento donde estaban situadas las antiguas edificaciones destinadas a este fin y se adhirió a esta nueva política de higienismo de finales de siglo que, cuando menos, pretendía racionalizar e industrializar el proceso de la matanza artesanal de ganado.

 

Así, en una primera fase, y encima del antiguo matadero del Camino de Fraga, en 1872 se construyeron las nuevas dependencias a partir del proyecto del arquitecto Agapito Lamarca, que aprovechó la piedra del derribo de las murallas en 1864. Posteriormente, junto a las antiguas edificaciones se construyó el conjunto arquitectónico, obra del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell, según el proyecto redactado en 1912, y que constituye el ejemplo de arquitectura modernista más importante de la ciudad de Lleida y, por lo tanto, forma parte de su patrimonio industrial, además ser representación de la nueva sensibilidad de inicios del siglo XX.

A lo largo del tiempo, la obra del arquitecto Morera sufrió varias modificaciones, tales como añadiduras y mutilaciones, por las necesidades derivadas del paso de los años, hasta que en 1984 se cerró definitivamente.

 

EL PROYECTO DE RESTAURACIÓN Y REMODELACIÓN

La voluntad política del Ayuntamiento de Lleida permitió que en 1993 se pudiera redactar el Proyecto de Restauración y Remodelación, a cargo del arquitecto Ezequiel Usón Guardiola, para transformarlo en un equipo cultural destinado a las artes escénicas (Teatro Municipal, Aula de Teatro y Café del Teatro). El principal destino del edificio se complementó con instalaciones para equipos del barrio en el que se ubica: la sede de la Asociación de Vecinos Templers-Escorxador y la guardería municipal El Rellotge. El Teatro Municipal del Escorxador abrió sus puertas el 8 de octubre de 1998 y se inauguró el 26 de febrero de 1999.

El 6 de mayo de 2013, el patio del Teatro fue rebautizado con el nombre de plaza de Esteve Cuito (1944-2012) como homenaje a este actor y dinamizador cultural, creador de la compañía El Sidral, fallecido el verano anterior.


EL RETABLO DEL ESCORXADOR

Se trata de un mural del artista Frederic Amat, de 7 x 7,5 m, situado en el vestíbulo de entrada del edificio y que da protagonismo al material cerámico, que se presenta con grandes placas o puertas, en las que por encima destacan los más de quinientos cuernos de barro cocido colgados de la pared. La propia historia de la zona como antiguo matadero y su futuro como espacio teatral nos invita, más allá de posible mural pictórico, a la contemplación de un retablo con relieves ribeteados ofreciéndonos su doble sentido: conjunto de imágenes o inventario de attrezzo, sin olvidar su connotación de celebración teatral y espacio escénico.

 

LAS MÁSCARAS DEL TEATRO

Junto a la puerta de entrada al vestíbulo desde el patio pueden verse tres máscaras, obra del artista Frederic Amat, que representan a los tres clásicos géneros teatrales: la tragedia, la comedia y el drama.